Jesusa Ramilo Cruces, una mujer luchadora, trabajadora y con un gran corazón, falleció ayer rodeada del amor de su familia. Ella y su marido Evaristo Alonso Alonso, un exconcejal de la corporación municipal y jubilado de Fenosa, habían formado un hogar que duró hasta que él falleció hace once años. Jesusa será sepultada en la iglesia parroquial de San Pedro de Cela.
El 8 de septiembre, Jesusa celebró sus 104 años con increíble salud emocional y mental. Ella estaba rodeada por su hija Mercedes, su yerno Urbano, sus nietos Manoli y Piño, sus dos bisnietos, y esperaba conocer a algún tataranieto. Cuando le preguntaron qué era el secreto para llevar una vida tan longeva, sonriendo y con humor, contestó: “Comer bien y de todo, mantener la serenidad y trabajar mucho“.
Esta trabajadora mujer pasaba sus noches hasta la una de la madrugada con su hija y su nieta viendo la televisión, porque lo que más le gustaba era reír y estar con la familia. Desgraciadamente, cuando Jesusa aún no había cumplido los 20 años, su padre falleció en un atraco mientras iba de camino a la feria de Tameiga, y uno de sus diez hermanos también murió por enfermedad.
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